Caminos alternativos

El problema energético, cada vez más preocupante a nivel mundial, nos está dando muchos dolores de cabeza. El cambio de horario, su utilidad o perjuicio, los acondicionadores de aire y las redes eléctricas que no resisten, ni que hablar del uso del gas y el aumento de la nafta y los 30 años de reservas de petróleo mundiales antes de que volvamos al uso de las patas y las manivelas si no se ponen las pilas con otras energías alternativas en lugar de invadir oriente medio ... si, muchos dolores de cabeza . Con el propósito de economizar energía, el gobierno nacional lanzó una campaña durante el primer semestre del año 2008, cuya consigna era reemplazar cada bombita común por lámparas de bajo consumo. A este proyecto se sumó Greenpeace (fundación ecológica sin fines de lucro caracterizada por su presencia mediática incondicional) que bajo el lema "maldita bombita" y con cámaras mediante que registraban el evento, se ocupó de reemplazar las 70 bombitas comunes de la araña de la Casa de la Cultura del gobierno porteño por sus respectivas bajo consumo. Según una nota del Diario del comandante (ver link) algunas de las ventajas de estas lámparas son:
Su luz es fría.
El consumo de energía es menor.
Disminuye el CO2 en la atmósfera.
Duran más
El mayor costo es compensado por el ahorro en energía.

Sin embargo, las nuevas lámparas de bajo consumo fluorescentes, parecidas a los tradicionales tubos de luz blanca, que tienen una forma más compacta y su balasto incluido dentro de su aún voluminoso zócalo, presentan mercurio y fósforo en su interior. Pero poco se ha analizado el tema de que tanto en los viejos tubos como en las modernas bombitas de bajo consumo, el polvillo blanco que recubre su interior es óxido de estos dos minerales (el mercurio y el fósforo). Resulta sorprendente y paradójico que Greenpeace haya participado muy activamente en el pasado en campañas para la eliminación y reciclado de las pilas eléctricas, y todavía lo sigue haciendo (aunque las pilas de óxido de mercurio se dejaron de fabricar desde más o menos en 1987), pero no se haya percatado ni alertado acerca del peligro o los riesgos para la salud que surgen de los tubos fluorescentes que se rompen a diario en la Argentina y las lámparas de bajo consumo que patrocina en esta su nueva campaña.

Y si alguien conoce la verdad, por favor compártala.